Las
pilas, una vez agotadas, no se pueden recargar, debido a que en ellas,
durante el funcionamiento, se origina una reacción química
irreversible.
Existen unos
dispositivos, basados en los mismos fenómenos que gobiernan el funcionamiento
de una pila, en los que la reacción
química es reversible; es decir, que
una vez descargados, se pueden recargar suministrándoles corriente.
A estos dispositivos se les llama acumuladores.
El más
conocido y usado es el llamado de acumulador
de plomo que consiste :
En una cubeta
se alojan unas placas de plomo. Entre ellas hay una disolución de
ácido sulfúrico (electrolito). En la operación de
carga, sobre las placas de plomo, conectadas al polo positivo, se forma
sulfato de plomo. Este conjunto, una vez cargado, es capaz de proporcionar
corriente hasta que dicho sulfato de plomo se descomponga. Durante el funcionamiento
se elimina agua, que hay que reponer de cuando en cuando.
La fuerza electromotriz
nominal de cada célula es de 2 V. Suelen ir montados en serie dentro
de una cubeta de un material impermeable y no atacable por el ácido,
formando las BATERIAS DE ACUMULADORES.
Tanto las pilas
como los acumuladores, aunque no se usen, se descargan con el tiempo,
sobre todo en ambientes húmedos. Como los acumuladores son recargables,
conviene suministrarles una CORRIENTE DE MANTENIMIENTO.
De cuando
en cuando, según recomendaciones del fabricante para cada tipo
en particular, es conveniente someterlos a una fuerte descarga.
CAPACIDAD
DE UN ACUMULADOR
Se
llama capacidad de un acumulador, la cantidad de electricidad (carga eléctrica)
que es capaz de almacenar y, por tanto, de suministrar. Se expresa en AMPERIOS-HORA
(Ah) y tiene
el significado siguiente:
Una bateria
de 60 Ah puede suministrar 60 A. durante una hora. Podría suponerse
que, por la misma razón, podría suministrar en media hora
, el doble de corriente es decir 120 A. ó en 10 minutos 360 A. Aunque
esto no es exacto, porque la capacidad depende del régimen de trabajo,
se podría hacer este cálculo en primera aproximación.