Un átomo es, como se ha dicho, eléctricamente neutro.
Ahora bien, debido a fuerzas externas, puede perder o ganar electrones procedentes de
otros átomos. En el caso de que gane o acepte electrones, se queda con exceso de carga
negativa (es decir tiene más electrones que protones), por el contrario, cuando pierde o
cede electrones, se queda con exceso de carga positiva (tiene más protones que
electrones).
En ambos casos, dicho átomo con exceso de carga
(positiva o negativa) se comportará como si fuera él mismo una carga susceptible de
moverse, siendo atraído o repelido, según el caso, por otras cargas. Debido a esa
capacidad de moverse que tiene ahora ese átomo cargado se le da el nombre de ión
(viajero, en griego).
El átomo que ha cedido electrones será pues un ión
positivo o catión.
El átomo que ha ganado electrones será pues un ión negativo o anión.
El átomo que ha ganado electrones será pues un ión negativo o anión.